Proteínas Sanguíneas, de Defensa y Hormonales
Las proteínas sanguíneas son esenciales para mantener nuestra sangre funcionando correctamente. Las globulinas incluyen anticuerpos que combaten infecciones, mientras que el fibrinógeno es crucial para la coagulación sanguínea, evitando que nos desangremos cuando nos cortamos.
Nuestro sistema inmunológico depende de proteínas de defensa para protegernos. La lisozima actúa como una demoledora molecular, destruyendo las paredes celulares de ciertas bacterias. Las defensinas son como pequeños soldados antimicrobianos que atacan a los patógenos invasores.
Las proteínas hormonales actúan como mensajeros químicos, coordinando diversas funciones en el cuerpo. La insulina regula los niveles de glucosa en la sangre, permitiéndonos utilizar la energía de los alimentos. La hormona del crecimiento controla nuestro desarrollo físico, especialmente durante la adolescencia.
💡 Las hormonas proteicas pueden tener efectos potentes incluso en cantidades minúsculas. Por ejemplo, solo unos pocos microgramos de insulina pueden regular los niveles de azúcar en toda tu sangre.