Sistemas Circulatorios en los Animales
Imagínate que tu cuerpo fuera como una ciudad que necesita transportar comida y oxígeno a todos sus habitantes. Los animales han encontrado dos maneras geniales de hacer esto: sistemas circulatorios abiertos y cerrados.
En el sistema circulatorio abierto, el líquido (llamado hemolinfa) no está completamente encerrado en tubos. Es como si fuera agua corriendo libremente por las calles de la ciudad, bañando directamente todos los órganos.
Los moluscos como caracoles y pulpos tienen corazones con tres cámaras: un ventrículo y dos aurículas que bombean la hemolinfa. Los artrópodos (arañas, insectos) también tienen sistema abierto, pero es menos desarrollado porque respiran principalmente a través de tubitos llamados tráqueas.
¡Dato curioso! Los equinodermos como las estrellas de mar tienen canales especiales por todo su cuerpo llenos de hidrolinfa que les ayuda no solo a transportar nutrientes, sino también a moverse.
Por otro lado, los anélidos (lombrices) y vertebrados como nosotros tenemos sistema circulatorio cerrado. Aquí la sangre viaja siempre dentro de vasos sanguíneos, como agua corriendo por tuberías. Este sistema es más eficiente para animales más grandes y activos.