Células Sanguíneas y sus Funciones
La sangre está constituida por un líquido llamado plasma y tres clases principales de células, cada una con una función específica en nuestro cuerpo. Conocer estas células te ayudará a entender cómo funciona tu sistema circulatorio.
Los glóbulos rojos (también llamados hematíes o eritrocitos) son responsables de transportar el oxígeno desde los pulmones hasta todos los tejidos del cuerpo. También recogen el dióxido de carbono para llevarlo de regreso a los pulmones donde será exhalado. Son estas células las que dan a la sangre su característico color rojo.
Los glóbulos blancos (leucocitos) son los defensores de nuestro cuerpo contra infecciones y sustancias extrañas. Existen varios tipos:
- Neutrófilos: son los más abundantes en la sangre humana y pertenecen al tipo granulocito
- Eosinófilos: derivados de la médula ósea con vida media de 3-4 días
- Linfocitos: se producen en la médula ósea y circulan por todo el organismo a través del sistema circulatorio
- Basófilos: son los menos abundantes y tienen núcleo irregular
- Monocitos: se convierten en macrófagos
💡 ¡Dato interesante! Aunque los glóbulos blancos son mucho menos numerosos que los rojos, son cruciales para nuestra supervivencia. Sin ellos, incluso una pequeña infección podría resultar mortal.
Por último, los trombocitos (plaquetas) colaboran en la coagulación de la sangre cuando se produce la rotura de un vaso sanguíneo, evitando hemorragias y permitiendo la cicatrización.