Portada - Atención de Enfermería al Paciente con Drenaje Torácico

Este protocolo desarrollado por el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete es tu guía completa para entender el drenaje torácico. Como estudiante de enfermería, dominar este tema te dará confianza en situaciones críticas.

El documento está escrito por especialistas del Servicio de Cardiología con años de experiencia. Te ayudará a comprender desde la anatomía básica hasta los cuidados específicos que necesitan estos pacientes.

¡Dato clave! El drenaje torácico puede salvar vidas cuando se maneja correctamente, pero también puede ser peligroso si no se siguen los protocolos adecuados.

Índice del Protocolo

El contenido está organizado de manera lógica para facilitar tu aprendizaje. Comenzarás con los fundamentos anatómicos y fisiológicos, luego avanzarás hacia los aspectos técnicos y cuidados prácticos.

Los temas más importantes incluyen la anatomía del tórax, los diferentes tipos de material drenado, y especialmente los cuidados de enfermería diarios. También encontrarás información sobre complicaciones y cómo prevenirlas.

¡Tip de estudio! Enfócate especialmente en la sección 7 (Cuidados de Enfermería) y la sección 8 (Complicaciones), ya que son las más relevantes para tu práctica profesional.

Anatomía y Fisiología Respiratoria

Tu comprensión del espacio pleural es fundamental para entender por qué funciona el drenaje. Imagínate dos membranas (pleura visceral y parietal) separadas por una fina película de líquido que mantiene una presión negativa.

Durante la inspiración, el diafragma baja y los músculos intercostales elevan las costillas. Esto crea un vacío que succiona aire hacia los pulmones. La presión intrapleural cambia de -3 a -6 cm de agua.

En la espiración ocurre lo contrario: los músculos se relajan, el volumen disminuye y el aire sale. Este equilibrio de presiones es lo que mantiene tus pulmones expandidos. Cuando se altera, necesitamos intervenir con un drenaje.

¡Recuerda! La presión negativa en el espacio pleural es lo que impide que tus pulmones se colapsen. Sin ella, no podrías respirar normalmente.

Patologías que Requieren Drenaje Torácico

El neumotórax es la condición más común que verás. Ocurre cuando el aire entra al espacio pleural, cambiando la presión de negativa a positiva y causando colapso pulmonar. Puede ser por cirugía, traumatismo o espontáneo.

El neumotórax a tensión es una emergencia médica. El aire queda atrapado y sigue acumulándose, desviando el mediastino y comprimiendo el corazón. Sin tratamiento inmediato, el paciente puede morir.

En el hemotórax se acumula sangre en el espacio pleural, mientras que en el hemoneumotórax hay tanto aire como sangre. Las neumectomías y lobectomías también requieren drenaje para evacuar líquidos postoperatorios.

¡Alerta! Si ves desviación del mediastino en la radiografía, piensa inmediatamente en neumotórax a tensión. Es una emergencia que requiere acción inmediata.

Concepto y Objetivos del Drenaje Torácico

Un drenaje torácico es simplemente un sistema de tubos que permite eliminar contenido líquido o gaseoso del espacio pleural o mediastino. Es tu herramienta para restaurar la presión negativa normal.

Los objetivos principales que debes recordar son claros: conocer y manejar correctamente los equipos, garantizar su funcionamiento adecuado, e identificar los cuidados de enfermería necesarios para proteger al paciente.

Tu responsabilidad más importante es prevenir las graves complicaciones que pueden surgir por un mal funcionamiento del sistema. Un error aquí puede poner en riesgo la vida del paciente.

¡Tu rol es crucial! Como enfermero/a, eres quien pasa más tiempo con el paciente y quien puede detectar problemas antes que nadie.

Material Drenado y Componentes del Equipo

Puedes encontrar diferentes tipos de material drenado: aire (neumotórax), sangre (hemotórax), líquido linfático graso (quilotórax), pus (empiema), o líquido por tumores malignos. Cada uno requiere observación específica.

El sistema de drenaje tiene tres cámaras principales. La cámara recolectora recoge los líquidos y te permite medir volumen y velocidad del drenado. La cámara de sello de agua funciona como una válvula unidireccional.

La cámara de control de aspiración regula la intensidad de succión. Recuerda: es el nivel de agua en esta cámara, no la fuente externa, lo que determina la presión de aspiración. Un burbujeo suave indica funcionamiento correcto.

¡Observa siempre! Las fluctuaciones en el sello de agua indican cambios de presión pleural durante la respiración. Su ausencia puede significar obstrucción del tubo.

Válvulas y Sistemas de Seguridad

El equipo AQUA-SEAL incluye varias válvulas de seguridad que debes conocer. La válvula de descarga de presión negativa se activa manualmente si detectas aumento peligroso de presión intratorácica.

La válvula de control de aspiración te permite abrir o cerrar la succión directamente desde el drenaje. La válvula de presión positiva se abre automáticamente para liberar exceso de presión acumulada.

Existe también una válvula para ajustar el nivel del sello de agua. Si te pasas del nivel recomendado, puedes succionar el exceso con una jeringa. Nunca uses el tapón rojo que viene en la bolsita plástica.

¡Importante! Estas válvulas son sistemas de seguridad que pueden salvar la vida de tu paciente. Familiarízate con su ubicación y funcionamiento antes de manejar el equipo.

Preparación del Sistema AQUA-SEAL

La preparación correcta es crucial para el funcionamiento seguro. Primero, coloca el equipo en posición vertical y rellena la cámara de sello de agua hasta 2 cm con agua bidestilada, accediendo por el pivote de plástico.

Luego rellena la cámara de control de aspiración hasta -20 cm de agua bidestilada usando el tapón blanco superior derecho. Conecta el tubo largo (180 cm) al tubo torácico del paciente y la goma del aspirador al pivote.

Asegura todas las conexiones con esparadrapo para evitar desconexiones accidentales. Una conexión suelta puede comprometer todo el sistema y poner en peligro al paciente.

¡Checklist! Antes de conectar al paciente, verifica: equipo vertical, niveles de agua correctos, conexiones seguras, y aspiración funcionando con burbujeo suave.

Cuidados de Enfermería Diarios

Tu valoración del paciente debe incluir signos vitales, color de piel y mucosas, sudoración, náuseas, ansiedad y síntomas como dolor torácico o disnea. Estos pueden indicar complicaciones tempranas.

El cambio de apósito se hace diariamente en turno de mañana con técnica estéril. Limpia con suero fisiológico y betadine, inspeccionando la zona por edema, inflamación o exudado. La herida quirúrgica se destapa a los tres días si no hay complicaciones.

Mide el drenado diariamente a las 9 horas, cerrando momentáneamente la aspiración. Anota cantidad, aspecto, presencia de burbujeo y fluctuaciones. Promueve dieta rica en fibra y movilización temprana.

¡Regla de oro! Solo pinza los tubos para cambiar equipo, localizar fugas o valorar retirada. En cualquier otro caso, mantén siempre los tubos abiertos.

Cuidados por Turno y Fisioterapia

En cada turno, vigila que el apósito esté limpio y el tubo torácico no esté acodado. Si se sale, tapa inmediatamente con gasas con vaselina. Si se desconecta, reconecta rápidamente o crea un sello de agua temporal.

Mantén el tubo de conexión libre de líquidos y coágulos. Saca muestras del tubo cerca del tórax, nunca de la cámara. El sistema debe estar siempre vertical y por debajo del nivel del tórax del paciente.

Avisa al médico si el drenado supera 150 ml/hora de sangre. La fisioterapia respiratoria es esencial: el inspirómetro volumétrico debe usarse 5-10 veces por hora, especialmente en neumectomías.

¡Vigilancia constante! La ausencia de fluctuaciones junto con falta de drenado puede indicar obstrucción. Tu observación continua puede detectar problemas antes de que se vuelvan críticos.