Organizando datos en tablas de frecuencia
Cuando tenemos muchos datos, como las frutas preferidas de un grupo, podemos organizarlos en una tabla de frecuencia. Esto nos ayuda a ver de un vistazo cuáles opciones son más populares.
En una tabla de frecuencia, contamos cuántas veces aparece cada opción y lo registramos. Por ejemplo, si contamos mangos, uvas y fresas, anotamos la cantidad de cada una en la columna "Frecuencia".
¡Dato curioso! Las tablas de frecuencia no solo se usan en matemáticas, sino también en encuestas para saber qué prefiere la gente, como sus electrodomésticos favoritos.
En el ejercicio de electrodomésticos podemos responder preguntas importantes: el computador es el más frecuente (10 personas lo prefieren), mientras que la brilladora es la menos popular (solo 2 personas). En total, 28 personas participaron en la encuesta.