Culteranismo y Conceptismo Dos caras del Barroco
¿Te has preguntado por qué algunas poesías son tan complicadas de entender? El culteranismo fue un estilo literario español de finales del siglo XVI que se expandió durante el siglo XVII. Este movimiento priorizaba la forma y la belleza estética sobre el contenido. Los escritores culteranos usaban latinismos léxicos (palabras derivadas del latín) que sonaban impresionantes pero que casi nadie usaba en el habla cotidiana.
El culteranismo se caracterizaba por sus metáforas atrevidas nunca antes vistas y constantes juegos de palabras. Imagina textos llenos de palabras complicadas y figuras retóricas que hacían que leer un poema fuera como resolver un acertijo. Su máximo representante fue Luis de Góngora, poeta español que utilizaba metáforas cultas para añadir profundidad a sus textos.
Por otro lado, el conceptismo se desarrolló en la misma época pero con un enfoque diferente. Mientras el culteranismo se obsesionaba con la forma, el conceptismo ponía toda su atención en el contenido y el significado. Esta corriente jugaba con asociaciones ingeniosas entre palabras e ideas (conceptos), creando textos que desafiaban la inteligencia del lector.
💡 ¡Dato clave! Piensa en el culteranismo como un plato muy decorado donde importa más cómo se ve, y el conceptismo como un plato con sabores complejos donde lo importante es lo que descubres al probarlo.
Las obras conceptistas eran como puzles mentales diseñados para probar la agudeza del lector. Entre los grandes representantes del Barroco español también destacó Lope de Vega, quien revolucionó el teatro nacional al consolidar el género de la comedia, liberándola de las reglas tradicionales aristotélicas que habían dominado la creación literaria.