Transducción Molecular del Dolor
El proceso de convertir un estímulo doloroso en señales nerviosas implica una compleja "conversación molecular". Cuando ocurre un daño tisular, se desencadena la liberación de numerosas sustancias que interactúan con los nociceptores.
Las moléculas exógenas como la capsaicina (de los chiles), el formaldehído o el aceite de mostaza pueden activar directamente los canales iónicos en las membranas de los nociceptores. Por otro lado, las moléculas endógenas liberadas durante la lesión o inflamación, como ATP, iones hidrógeno (acidez), serotonina 5−HT, bradicinina y prostaglandinas, también participan en la activación de estos receptores.
Esta activación desencadena la apertura de diversos canales iónicos, incluyendo:
- TRPA1: Responde a múltiples irritantes químicos
- TRPV1/TRPV2: Activados por calor y ciertos compuestos químicos
- ASIC: Canales sensibles a la acidez
- P2X: Receptores para ATP
- Canales de sodio dependientes de voltaje: Propagan los potenciales de acción
La apertura de estos canales permite la entrada de iones sodio y calcio, generando potenciales de acción que viajan por los nervios hasta la médula espinal y el cerebro.
🔍 Conexión científica: Los venenos de algunas serpientes, arañas y medusas contienen neurotoxinas que activan específicamente los nociceptores, causando dolor intenso como mecanismo de defensa.