El Tributo Cruel y la Llegada de Teseo
Mantener alimentado al Minotauro se convirtió en un problema que Minos resolvió de la manera más cruel posible. Obligó a Atenas a enviar cada cierto tiempo un tributo horrible: siete muchachos y siete muchachas jóvenes para alimentar a la bestia.
Aquí es donde entra Teseo, un príncipe ateniense que no podía soportar ver el sufrimiento de su pueblo. Con una valentía que pocos tenían, se ofreció voluntariamente para ser parte del siguiente grupo de sacrificados, pero con un plan secreto: matar al Minotauro.
Cuando llegó a Creta, la suerte estuvo de su lado. Ariadna, la hija del rey Minos, se enamoró perdidamente de él al verlo. Su amor fue tan fuerte que decidió traicionar a su propio padre para ayudar al joven héroe.
La ayuda de Ariadna fue genial en su simpleza: le dio un ovillo de hilo y le explicó que lo desenrollara mientras caminaba por el Laberinto. Así, después de enfrentar al monstruo, podría seguir el hilo de regreso hacia la salida.
Consejo del mito: A veces las soluciones más simples son las más efectivas, como el hilo de Ariadna.