Variación de la intensidad
La intensidad del sonido no permanece constante, sino que varía según dos factores principales: el medio de propagación y la distancia al foco emisor.
El medio de propagación absorbe parte de la energía del sonido, lo que disminuye su intensidad. Por eso escuchas mejor en ciertos materiales que en otros. Pero el factor más importante es la distancia: a medida que te alejas de la fuente sonora, la intensidad disminuye significativamente.
Cuando una fuente emite sonido, éste se propaga en todas direcciones formando un frente de onda esférico. La intensidad a cierta distancia (r) se puede calcular mediante la fórmula: I = P/(4πr²), donde P es la potencia del sonido. Esta relación matemática nos muestra algo interesante: si duplicas la distancia, la intensidad se reduce a una cuarta parte; si triplicas la distancia, la intensidad se reduce a una novena parte.
Esta relación explica por qué cuando alguien te llama desde lejos, puede que no lo escuches, aunque otra persona cercana a la fuente sí pueda oírlo claramente. La intensidad del sonido se distribuye sobre una superficie mayor conforme aumenta la distancia.
🔊 Aplicación práctica: si te encuentras a 50 cm de una fuente sonora y percibes un nivel de intensidad de 35 dB, alguien a 28 metros de la misma fuente apenas podrá escuchar el sonido.