Democracia y derechos humanos: una dupla inseparable
Acá viene lo interesante: la democracia y los derechos humanos son como mejores amigos que se necesitan mutuamente. No podés tener una democracia real sin respetar derechos básicos.
Pensalo así: ¿cómo vas a participar genuinamente en el gobierno si no tenés libertad de pensamiento, libertad de expresión, o libertad de reunión? Si no podés opinar, asociarte con otros o protestar pacíficamente, tu "participación democrática" es solo una ilusión.
El gran problema de la regla de la mayoría es que puede convertirse en tiranía si no protegés los derechos de las minorías. Por eso necesitás leyes y mecanismos que garanticen que todos tengan voz, no solo los que son más numerosos.
Un ejemplo preocupante son los partidos de extrema derecha que usan el "apoyo popular" para justificar violencia contra minorías. Eso no es democracia real: es manipulación del sistema democrático.
Reflexión importante: La pobreza, mala salud o falta de educación pueden limitar tu capacidad real de participar en democracia, aunque tengas el derecho legal de hacerlo.