La historia del siglo XX estuvo marcada por profundos cambios económicos, políticos y sociales que transformaron el mundo.
Las diferencias entre capitalismo y socialismo representaron uno de los mayores conflictos ideológicos, estableciendo dos visiones opuestas sobre la organización económica y social. El capitalismo se caracteriza por la propiedad privada de los medios de producción, el libre mercado y la búsqueda de beneficios individuales. En contraste, el socialismo promueve la propiedad colectiva, la planificación centralizada y la distribución equitativa de recursos. Las similitudes entre capitalismo y socialismo son limitadas, aunque ambos sistemas buscan el desarrollo económico y el bienestar social a través de diferentes métodos.
Las causas de la Primera Guerra Mundial fueron múltiples y complejas, incluyendo el nacionalismo extremo, las alianzas militares y las tensiones imperialistas. El desarrollo de la Primera Guerra Mundial transformó radicalmente el mapa político europeo y tuvo profundas consecuencias sociales, como la emancipación femenina y cambios en las estructuras sociales tradicionales. La guerra también aceleró el proceso de globalización, que posteriormente tendría importantes implicaciones ambientales. La globalización ambiental ha generado tanto desafíos como oportunidades: por un lado, ha contribuido a la degradación ambiental a través de la industrialización intensiva, pero también ha facilitado la cooperación internacional en materia de protección ambiental. Las ventajas y desventajas de la globalización en el medio ambiente continúan siendo objeto de debate, mientras que la búsqueda de la globalización y sostenibilidad ambiental se ha convertido en una prioridad mundial en el siglo XXI.